miércoles, 20 de mayo de 2009

Cuando el cine español nos encuentre (remedios para una enfermedad longeva).



Ahora que leo la candidatura de la Señora Mayor (aka Alex de la Iglesia) a presidir la Academia de Cine, me viene a la cabeza todo lo que remueve la industria de nuestro cine. Sabemos que no existe el término medio. Como dirían los populares si hicieran política cinematográfica: una España dividida. Eso sí, numeritos como el de "no a la guerra en los Goya" o los 15 millones a fondo perdido de Telemadrid a Sangre de Mayo, crean dos cines (políticas) que nunca convencerán a la mayoría.

Es de aplauso que Alex de la Iglesia pretenda reunirnos a todos dentro de la Academia y poder soñar con un cine español de imagen renovada, o debiera decir ¿menos criticado y más artísticamente valorado?. Han leido ustedes bien, Almodóvar y Garci cuasi de la mano compartiendo experiencia. Más izquierda y más derecha que eso no creo que haya en nuestra industria, así que no nos quejemos. Seguro que será mejor intención que la del generalísimo hace décadas que con intención de defender el castellano se cargó el cine patrio a base de dar licencias a los americanos, doblando sus películas al castellano y echando por la borda la producción nacional.

Pero antes de meditar intenciones, ¿De qué ha servido la Academia?.Más bien de poco, tan poco que paso por momentos en los que nadie quería llevarse el cargo consigo. Aunque quizás el problema pueda convertirse en solución, haciéndonos ver que un organismo tal podría tener el poder, y consecuentemente prestigio suficiente, para hacernos reflexionar sobre el estado de la industria por un lado (autocrítica) y por otro sobre los prejuicios infundados por algún que otro español de a pie (lease aquí: no veo cine español porque no me gusta, luego, nunca ves cine español para que te pueda gustar).

Es muy frecuente escuchar esta frase al uso: "a mi el cine español me parece una mierda" o "yo soy más de cine de palomitas" (versión edulcorada del primer comentario), pero también nosotros en algunos aspectos nos ganamos algunos enunciados a pulso. Lo que no podemos negar es que este año nos hemos hecho ya un par de pelis de cine de palomitas (Mentiras y gordas, Fuga de Cerebros) que equiparándolas a su homónimo en el cine yankee no me parece mal rodar películas comerciales (y malas) para hacerle al menos competencia en esto a los estadounidenses.

Producimos el doble de películas que los británicos cuando ellos además nos superan en población, y como este, numerosos ejemplos hacen de esto un mecanismo empresarial de cine cercano al despropósito. Partamos del gran problema de nuestra industria; la inexistencia de ella. La Academia del Cine puede empezar a cobrar un papel importante y hacer presión a los diferentes organismos que mantienen el cine español, desde FAPAE, EGEDA al ministerio de Cultura.

Las subvenciones del MInisterio de Cultura sostienen entre un 20-30 % de cada una de las películas (salvo excepciones) a pesar de ello, por esenciales que parezcan, se puede con un plan a largo plazo hacerlas desaparecer por otras propuestas menos críticas y criticadas: desgravación fiscal por invertir en cine (la hay pero es un porcentaje paupérrimo), la concesión de créditos a menor número de películas, acelerar el proceso de recaudación de taquilla (de media una película recauda lo ganado hasta 3 años despues, etc), proteger el cine con medidas similares a las del país vecino, etc.

Todo esto provoca que las productoras, repito siempre hay excepciones, que buscan, pensando en los tres años que tardarán en obtener beneficios, en producir una película detrás de otra para poder ser los primeros en devorar las ayudas ministeriales. Su consecuencia es dejar en último lugar el cine como obra artística y/o comercial. Lo he vivido en mis carnes, películas de tres millones de presupuesto hacerse por la mitad (aquí entra también la cuestión de que quien produce se queda con la mejor parte), resultado de esto: ni más ni menos que un gran bodrio. Y como este infinitas herramientas que pretenden de primeras fomentar la producción del cine; y lo hacen, produciendo mucho, vamos, como quien hace churros.

Los principales responsables de la industria saben la solución pero nuestro cine está tan viciado y en algunos casos tan asentado (cual funcionario de hacienda) que no hay indicios de empezar a moverse. No es un misterio que el cine español tenga soluciones.

Podría empezar con esto a asomar tanto en su calidad artística como en taquilla si nos dedicáramos a aunar esfuerzos, producir menos películas de un mayor presupuesto y eligiendo un modelo de producción cercano al que llevan los estudios hollywodienses o contratando a los técnicos como trabajadores de una empresa y no por película realizada. De este modo por pura ley económica la industria se regularía: tendríamos menos películas, mejor seleccionadas en sus guiones, todas ellas estrenadas (más de la mitad de las películas producidas en España ni conocen el estreno en salas de cine) y con una promoción decente y en su medida competitiva con el cine americano que nos desgarra. Cuidado, esto no tiene porque dañar al cine de autor o minoritario, todo tendría su cabida en este entramado.

Y tímidamente algunos ejemplos salen a la luz: como El horfanato o el Laberinto del Fauno pero, ¡queda tanto por hacer!

Fijemonos que casualmente este año, y me apuesto unas cañas, será si lo que viene no falla a la expectativas de los mejores (por no decir el mejor) de cuota de pantalla para el cine español. Estaremos cerca del 20% si completamos con la llegada de películas como Ágora de Alejandro Amenábar, Gordos de Sánchez Arévalo, Rec2 de Balagueró y Paco Plaza,la última de Trueba, Coixet...

Pero ojala y me pille los dedos atreviéndome a decir que esto puede que juegue en nuestra contra, pues será fácil hacer salir a la Ministra de turno a la palestra a decir "el cine español va como nunca" y con una gran sonrisa no mover un ápice de las propuestas o intenciones que políticos y empresarios enuncian como la panacea meses antes.

De 2010 ya hablaremos porque este año no se está rodando nada (hasta Alcaine está haciendo tele)...entonces si habrá crisis.