
Madrid consigue atraparte en pocos días. Te da su nacionalidad con tan solo recorrer sus calles y conocer a sus gentes, la mayoría anteriormente atrapados sin ser de aquí. Ese es su encanto, atrayente, amistoso y como no decirlo, lúdico-festivo, como la Sueca.
Igual es la receta explosiva de juntar innumerables cosas positivas que te arrebatan el poder de crítica.
Risas, atrrezzo inverosímil,
"Permormances" a lo mami liendres,
copas, pelucas, dosis de amistad,
innegable don de la ubicuidad
chicos, chicas de ponerse a mil,
música salpicada de ironía,
aplausos y un bravo prolongado,
strippers de buen calado.
Amigos, conocidos,
camareros provistos de lo prohibido,
escenitas de matrimoniadas,
cantantes, guionistas, escritores,
la creme de la creme
y sigo echándoles flores.
Con "S" de Sueca,
de sin vergüenza,
de sábado bendito,
de saber que esto está escrito,
pues si la pisas ahí te quedas,
a los nuevos les escucho: yo repito.
Y cada semana
al otro lado de la barra
haces lo que te viene en gana
desde lara croft a pirata
todo servido en bandeja de plata.
A veces a uno le regalan
segundas casas de madrugada.
2 comentarios:
Pues sí, a veces a uno le regalan segundas casas de madrugada.
Que nos ha salido poeta de la noche madrileña... yo te aplaudo con un bravo, señora y te espero esta noche en la sueca... que pincha pablito... besos
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